La alegría, el color y la gratitud vistieron la Misa del domingo 6 de julio con motivo de las fiestas patrias de nuestros hermanos venezolanos.
Desde temprano se sentía en el ambiente una mezcla de emoción, nostalgia y esperanza.
Durante la Eucaristía, se vivió un momento especial por las oraciones que elevamos como comunidad y cuando fueron presentadas ante el altar la imagen de Nuestra Señora de Coromoto, patrona de Venezuela, acompañada por la bandera de ese país. Fue un gesto sencillo pero cargado de sentido: una manera de poner en las manos de Dios los anhelos de un pueblo que no deja de soñar con la paz y la justicia.
El corazón de Venezuela latió fuerte a través de sus expresiones culturales. Con trajes típicos, bailes folclóricos y sonrisas, nuestros hermanos compartieron un pedacito de su tierra.
Nuevamente les deseamos muchas felicidades. Seguimos en oración constante por su país: por su paz, por su gente, por quienes han debido dejar su hogar, por los que están acá y por sus familias.
Que la Virgen de Coromoto los siga cuidando, guiando y animando en el camino.
Te invitamos a ver las imagenes de ese día: